Aprovechar la potencia de personalización de los interactivos para crear complicidad con el usuario y generar relación.
Reproducir una experiencia visual mediante un interactivo, puede captar la atención del usuario. Pero si además ofrecemos la posibilidad de variar la experiencia según nuestros propios gustos, entonces conseguimos que el usuario se sienta parte del proyecto y se comunique a un nivel más cercano.
Las posibilidades son inmensas, desde la personalización del producto que se va adquirir a la posibilidad de tomar el control de una experiencia online para cambiarla y reenviarla a nuestros contactos.
Los beneficios también son altos ya que el usuario entiende el producto o el propio interactivo como un elemento personal y por lo tanto establece un vínculo afectivo con el proyecto de donde ha salido.
Uno de los momentos en que se utilizan este tipo de piezas son las navidades, para felicitar las fiestas o el cambio de año. En el 2020 al haber sido un año tan horrible decidí ofrecer la posibilidad de maquear el siguiente año para intentar acercarlo a los deseos de cada uno.
La pieza resultante la podías mover en tus redes sociales. El proceso de personalización era rápido y sencillo, aún así permitía cambios suficientes, de hecho al ver lo que habían generado otros, teníamos repeticiones de la acción con cambios.
El resultado fue satisfactorio, eL 100% de los receptores del correo de lanzamiento visualizaron la felicitación pulsando en el enlace. El lanzamiento se hizo el día 29 de diciembre y estuvo con interacciones hasta el día 3 de enero.
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